Aun recuerdo ese «ya te hace falta ir a tu casa a ver a tu familia», era lo que soliandecirme Johaddan y Adan en los años universitarios cuado me veian que perdia el control y me ponia neuras por cualquier cosa, en efecto cuando iba regresaba más mansito y calmado…

Hace unos días estaba pensando en el poder curativo de la familia, es cierto, la gente que me conoce sabe que difruto mucho de la compañía de mi familia y pensaba también en aquellos momentos en que el trabajo se me volvió la cosa más importante en la vida, afortunadamente eso tuvo su efecto en mi posición en el trabajo, ante los compañeros y en los medios de comunicación de la región, sin embargo, pensandolo bien, eso no fue lo mejor del mundo ya que nunca me tomé el tiempo para compartir los frutos con mi familia, me encerré en el trabajo e incluso hasta mis amigos salieron perdiendo, me encerré en una pequeña burbuja que por fotuna se reventó y logré salir de ella, no sin algunas lesiones de consideración, pero ¿qué es de la vida sin cicatrices, ellas nos muestran el pasado de una vida real?.

Ayer que estuve en casa de mi hermano y el año nuevo que pasé en casa de mis padres fue muy bueno, el estar cerca de ellos me llenó de regocijo, vitalidad y fuerza, ene sots días me sentía muy mal de la garganta y el estar con mi consanguineo, aunque él estaba de servicio, el saber que estaba cerca me ayudóa sentirme mejor… cosas extrañas de la vida y la familia, la sangre llama dicen por ahí…

En fin, solo cuando uno ha experimentado la derrota, sabe disfrutar aun más el sabor de la victoria, espero no volver a cometer los mismos errores y tomar en cuenta a mi familia, no dejar que mi círculo de la vida, con sus siete aristas pierda el equilibrio en los giros de vida: salud, amistad, familia, cultura, trabajo, yo mismo, amor, ni uno más arriba, ni uno más abajo…

Jejeje seguramente Adan o Johaddan se han de acordar de esa frase que me decian en la UAM, jajaja siempre tuvieron razón…