NO ESTOY DESAPARECIDO
¡No estoy desaparecido! sin embargo lo he estado durante muchas generaciones, no sé exactamente desde cuándo, porque la memoria de mis abuelos no daba para tanto. Me desaparecieron, no sé si por ser indígena o por ser pobre. Me desapareció un gobierno que solo me busca cuando necesita votos, me desapareció una sociedad que, por defender mis costumbres me considera inferior.
Pero ¡No estoy desaparecido! mis padres, también desparecidos, entendieron que la única forma de aparecer era la educación y entonces fui a la escuela, escuelas también desaparecidas, olvidadas, hasta que tuve la fortuna de ser elegido por la Normal de Ayotzinapan y entonces a ser indígena y pobre tuve que agregarle ser normalista rural.
¡No estoy desaparecido! No soy un mártir porque yo no decidí estar en esta situación, tampoco quiero convertirme en una fecha que conmemorar, ni en lodo que se arrojen a la cara los políticos., solo quiero ser visible.
Ahora ¡No estoy desaparecido! Porque gracias a la intolerancia de aquellos que nos tenían desparecidos, hoy estoy en las calles, en las escuelas en cada lugar en que exista una conciencia, pero sobre todo en la conciencia de aquellos que se reusaron a vernos. ¡Ya no pueden desaparecerme, ni a mí ni a mi familia, porque hoy ya no solo soy indígena, pobre y normalista, ahora soy el hijo, el hermano, el nieto de aquellos que en México y en todo el mundo tienen la capacidad de indignarse y exigir por la vida de un semejante, aún sin haberlo visto antes, porque ha estado desaparecido; pero que hoy aparece para no desaparecer jamás!
¡Vivos se los llevaron y nos los dejaremos morir!
Reproduzco el texto de arriba ya que me parece importante, no conozco el autor, no viene firmado y ha estado circulando en diferentes correos.
