Las palabras se han agolpado en mi mente y no me han dejado, al grado que he tenido que levantarme de la cama para vomitarlas ante la pantalla sin más remedio que dejarlas fluir sin detenerme, aunque ni siquiera he comenzado
Las palabras se han agolpado en mi mente y no me han dejado, al grado que he tenido que levantarme de la cama para vomitarlas ante la pantalla sin más remedio que dejarlas fluir sin detenerme, aunque ni siquiera he comenzado