Lllegó un 21 de marzo, nos encontramos poco despúes de que cumpliera un mes, comenzó a formar parte de mi vida una fría madrugada de lunes cuando, como vil ladrón, a mitad de la noche entré a hurtadillas y con mis manos de ladrón arranqué a esa pequeña del nido donde su madre le daba calor junto con sus hermanos…

Era la más pequeña, la más tranquila, la más torpecilla a quienes sus hermanos le impedian comer sola, sin embargo, luego de sufrir lo indecible porque no me dejaron llevarla conmigo en la bolsa del pantalón, si ahí cabía, era una pequeñuela, no me dejaron pues llevarla conmigo y la tuve que echar abajo con Félix en la transportadora…

El nombre me llegó así cual divina inspiración, no tuve que pensarlo, solo llegó, se lo dije y creo que le gustó, desde entonces fué Vera…

Bastaron dos días para que se sintiera como en casa, atrás quedaron esos días en que vivió asolada por sus hermanos, ahora ella, después de Félix, era la reina de la casa, con sus brincos, con sus juegos, con su forma de comer que parecía aspiradora, con su caracter irritable, con sus ladridos gruesos, con sus brincos como borrega, con sus cariñosos mimos, con su pelota por toda la cosa, con sus travesuras, con su robo de chanclas, arrastrando calcetines, rasgando bolsas, corriendo para evitar ser castigada, pero corriendo también para recibir una caricia, un regalo, un premio…

Por la calle, cuando salíamos, ya sea en la noche o en el día, ambos caminabamos mientras sujetaba a Félix con la cadena, a corre y corre buscando siempre nuevos retos, aprendió a brincar sin pegarse, aprendió a jugar en la calle, con su curiosidad de siempre, corría y corría intentando hacer amigos, se ganó mas de una caricia y una sonrisa de algunas personas, también se ganó sus cuantos sustos, pero siempre contenta le encantaba salir a la calle, correr, brincar, ladrar e imitar a Félix en lo que pudiera…

Subiéndosele a las barbas, mordiendole la cola, abrazándose a su cuello, así se ganó el cariño de Félix, quien también supo disciplinarla…

Hoy, Vera se ha ido, una complicación por falta de vacuna y el exceso de humedad se la llevaron, ayer fue terrífico, pero no quiero atormentarme y atormentarlos con esos últimos momentos… fueron en verdad dolorosos…

Solo baste decir que Vera ya descansa en paz, ahí en un rincón de ese campo por donde le encantaba corretear, Félix me acompañó, ayudó, e intentó consolar… tan noble como siempre… solo de he decir que los quiero mucho a ambos y que en verdad lamento haber perdido a uno de ellos, duele y mucho…

Por desgracia no soy el único que pasa por ello, en casa, mis padres sufrieron lo mismo, uno de los hermanos de vera ya se fué, los otros dos están en malas condiciones, no soportaron esta temporada de lluvias y nuestra irresponsabilidad por no vacunarlos a tiempo…