Ayer que fuimos a desayunar conuna mujer que nos invitó y que casualmente llegó o más tarde que pudo… bueno pues la plática estuvo muy amena, de hecho recordé muchas cosas…
Es curioso ver a lo lejos como hay cosas que en su momento aunque te hacian inmensamente feliz, cuando las dejas ni cuenta te das pero que al paso del tiempo les tomas otra dimensión y las haces grandes, como un bello recuerdo inmerso en un baúl viejo de recuerdos olvidados y algunos más un tanto dormidos…
La plática que sostuvimos la media mañana de ayer fue sobre aquellos viejos juegos que nos entretenian por horas en la calle o en la casa y para los que no neceitavamos un ordenador, un mp3, una tv y conexxión al cable o un DVD, es más solo se necwesita de la compañía de dos o trers amigos, tus hermanos y si se podía hasa de un perro…
Lo anterior me recordó que en la semana, cuando viaja en dirección al CERESO, vi, desde la camioneta, que un trio de peuqeños que no llegaban a los 10 años, se aferraban a un cable que pendía de un poste de teléfonos, cual si fuera volantín, eran felices tomando impulso y dejandose caer al aire y dar unas cuantas columpiadas, despúes, en cuanto pasaba algúnauto por el pequeño camino de terrecería, salían despavoridos corriendo tras el mounstro de cuatro ruedas, una vez que le daban alcance, se aferrabana la parte trasea, de prefenrecia camioneta, se trepaban a la defensa y viajaban de mosca por espacio de unos cuantos metros, despúes, ya saben a dejarse caer por los suelos y rogarle a Dios caer parado, sino no importa, el cuerpo a esa edad aguanta cuanto madrazo te acomodes.
Curiosamente, la plática de ayer versó sobre estos juegos…
Recuerdo que yo llegué a hacer exactamente lo mismo que los peuqeños, colgarme de mosca desde el chasís del camión de la coca, no recuerdo haberme partido la cara pero seguramente si tuve varios golpes… era muy divertido…
Aunque nunca jugué mucho tiempo ni a las canicas, el trompo, el balero o el yoyo, si recuerdo que, como hasta la fecha ocurre, había temporadas en las que todo el mundo llevaba lo menester para ser el astro de esos juegos tan aclamados por niños y las niñas solo veían o si no, se sentaban a jugar el te o las muñecas en el patio de la escuela, algunas a brincar la cuerda y los de sexto, siempre a jugar basquet bol en la cancha patio de la escuela.
Como olvidar los larguisimos juegos nocturnos, osease antes de las nueve de la noche en que salía mamá a gritarte que te metieras, pero uno corriía despavorido a esconderse antes de que llegara el wy que se quedó contando hasta cien en el rincón más alejado y oscuro de la casa, la calle o donde estuvieras, te escondías y esperabas no ser encontrado nunca, oh gran desepción la nuestra cuado eras el primero, en cambio que gran algarabía cuando no eras encontrado jamás o cuando se equivacaban y decian, «uno dos tres por pancho» y oh gran sorpresa, tu no eras pancho, tonces a gritar como loco «equivocación, equivocación», jajaja parece que lo estoy viviendo.
Era muy padre, jugar a «los encantados», no sé de donde sacaba uno tantas energías pora correr como loco, lo mismo en » policías y ladrones», «el burro castigado» o ya algo más serio, casi siempre en la escuela y que aun muchos, ya de grandes, seguimos jugando «basta».
Las niñas, a veces los niños, jugando a la comidita, al doctor, al papá y la mamá y esas cosas que ya eran para los mas grandes.
Las cascaritas de futbol en la calle, los popotazos con papel remojado en saliva, el avión, juegos y travesuras que crearon en nuestra infancia, como en los animales, aquella capacidad para relacionarnos y convivir con los demás, donde se generó el sentido de pertenencia y esas cosas….
Pero haber, se me olvidaba… quien alguna vez no intentó hacer un campamento en el interior de la propia casa, tomabas las sábanas, cobijas, cojines y lo que fuera, además de los tendederos de ropa o uncable, o lo que fuera, para hacer la casa de campaña, en la que además debías quedarte a dormir para sentirte realizado… ah que tiempos aquellos…
Derepente, ni cuenta te das, como la vida, el agua que se fuga entre los dedos, solo te quedan los recuerdos, pero no te daz cuenta como dejaste de jugar, comenzaste a preocuparte por otras cosas y cuando pretendes jugar, hasta te sientes ridículo, pero la neta es que esos juegos, son lo mejor que existe en el mundo, pues com ya dije, generaba en nosotros una tremenda creatividad, la interacción con otros niños, niñas y personas como el señor o señora de la tienda, o que era muy buena onda y te regalaba cosas o que era bien ojeis y hasta miedo te daba ir por un refresco para la comida…
Vez la vida pasar y a veces te sorprendes haciendo las mismas cosas que hacías cuando niño y eso provoca, al menos en mi una inmensa alegría, felicidad u lo que sea.
Lo más padre es que a veces entre esos juegos, encontrabas a tu amigo del alma, con el que pasabas horas, con el paso de los años las cosas cambiaban y te dabas cuenta de que el sexo opuesto no solo no era enemigo, sino que surgía algo mas que no sabías que era.
Bueno, hasta se daba el momento para el PRIMER BESO… pero de eso hablaré despúes y espero que todos los que lean esta entrada, se den tiempo para mandar comentarios, pues apuesto a que más de uno se acordó de sus viejos tiempos…