Qué bueno que se acabó

Ya no puedo evitar las ganas de escribir, así que lo haré.

 

Yo, como lo habrán notado, trato de escribir lo menos posible aquí, es una reacción de la clase soplarle-al-jocoque-después-de-quemarse-con-leche, como decía alguien por allí, las opiniones las opiniones son como el orto el orto, etcétera.

 

¿Qué fue de mí en estos días que no escribí?

 

Me mudé de casa, pues mi cubil felino, que si bien no era un mal lugar de pronto como que me deprimía, y más últimamente que vendieron el predio vecino y lo estaban convirtiendo en edificio. El resultado previsible es que de las dos horas de luz solar por mi ventana se convirtieron a media hora de resolana.

 

Ahora, si bien mi depa no es precisamente un lugar asoleado, recibe como 6 horas de luz diarias. Y obvio, eso afecta mi humor, a pesar de que no estoy últimamente mucho tiempo en mi depa.

 

El nombre clave de mi nuevo depa es «Contenedor de basura», y ciertamente es un gran contenedor. Incluso con la gran cantidad de basura con la que cuento no dispongo de muchas

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