…En que después de haber ido de compras al súper y que a pesar de tu tarjeta de descuento acabaste gastándote una lanota, es cuando más aprecias tu vida anterior, cuando se era hijito de familia (sigo odiando ese terminsete), cuando el refrigerador se llenaba mágicamente. Por lo menos habrá comida de aquí a tres semanas (nota mental: llegarle primero a lo perecedero); agreguémosle el detallito de que iremos a comer, digo, a trabajar con nuestros canchanchanes de Prentice Hall Mex Inc. (S.A. de C.V. DDT y anexas) podremos subsistir buenamente este mes… si la chamba continúa cayendo del modo en que lo está haciendo, más logramos convencer a algún ingenuo editor de revistas que semos bueneros pa eso de la correigida y seguimos avanzando en esa confusa y misteriosa parcelita conocida genéricamente como «proyectos personales», podríamos elevar nuestro nivel de emergencia operativa de los dos meses que tenemos a los cuatro e incluso hasta los cinco, y es posible con el favor del Manitú que las cosas se pongan mejores, que incluso este sea el modo en que podremos vivir cómodamente el resto de nuestras vidas, que a final de cuentas es nuestro objetivo.

Desafortunadamente AMLO (MALO) sigue arriba en las encuestas y después de casi dos años de haber estado leyendo sobre revolucionarios, políticos profesionales, fusilamientos, correspondencia robada, espionaje, fraudes, camarillas, robo de ganado y de urnas, fuerzas armadas irregulares, juanes y adelitas, tirones de cabello entre los del mismo partido, gente colgada en los cables del telégrafo (y no exactamente en calidad de pájaros en el alambre), traiciones y demás cosas preciosas que le dieron colorido a la Revolución mexicana, me queda claro algo:

Desconfíen de los mesías y de los hombres que se le pegan con el lema: «vengo con él».