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Tanto barullo por las reformas legales en materia de narcomenudeo, que si puedo portar un kilo de peyote (cactácea en peligro de extinción) y quien sabe cuanta mota y chochos pero chente me salvo ya que no aprobó la reforma.
Tanto mencionar drogas y que si se puede ya se me antojo un porro (no, no un seudo-estudiante) de mota, lo peor de todo es que cuando adolescente la tuve a la mano, marihuana en la entrada en los baños en los descansos y mientras llegaba el otro maestro (si es que llegaba) pero no quería ser como los demás y no por miedo ni porque pensara que me haría adicto solo no me daba la gana ser igual.
Hoy en día estoy vivo y aunque estoy en la pelea interior de descifrar si estar vivo es lo mejor aquí ando caminando otro rato.
Un viaje no estaría mal digo todo sea por experimentar.