Jueves 3 de noviembre 2005

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Lo que más me gusta es ver el atardecer, el comienzo de la noche la penumbra previa a la oscuridad abrasadora.
El sentimiento de ser solo una silueta que se distorsiona en los últimos rayos del rojo sol. Perder la identidad no ser nadie conocido, sin valor en el mercado competitivo de la amor.
Escuchar la música del silencio y sentir el calor de los rayos del sol.
No puede haber algo mejor
Mirar adentro, ver al interior, reconocer en uno mismo algo que late y con vida impone un ritmo.
Por instantes no era yo y por instantes jamás existir.
Que depara la noche y el día siguiente, algo que no esta presente.

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Hubo un hombre que viajo a un lugar retirado de sus raíces a iniciar un nuevo presente y cual seria su desgracia que su nombre era conocido.
Lloro y lloro y desconsolado se encontró pues olvido era su mote y recordado por todos era.
La vida se encargo de que siempre estuviera presente, cuando de amor se tratase y sueños implicase.
Se decía:
– Olvido es un mal nombre y solo desgracia trae.
Y se contestaba:
-Olvido es un buen acto en ocasiones.
Aprender a aceptarse es algo dificil y se puede tardar una vida en lograrlo.En ocaciones un poco mas, nuca se esta contento con lo que se tiene.
Suele pasar

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