=====¿Se estará acabado el mundo?
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Justo
cuando creía que las cosas no podían ponerse más raras, Murphy con su
insondable sabiduría desata una epidemia que afortunadamente puede ser
controlarse, pero que si no se controla puede agregar más diversión
(¿todavía más!) a la que ya teníamos con la guerra contra el narc, la
crisis económica mundial, la crispación política… pero parafraseando
un clásico moderno: Esto no nos estaría pasando con López Obrador.
=====Cortina de humo
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Olvídense de tal cosa, no existe: La manipulación de información
para hacer parecer que tenemos una epidemia del vuelo del SAR
implicaría la participación coordinada del gobierno federal y del DF
con sus respectivos gabinetes sociales (que precisamente son sus partes
que ideológicamente están más enfrentadas) para, en el mejor de los
casos, fabricar evidencias de una epidemia con la ayuda de un gobierno
extranjero (el de Canadá) para engañar a la OMS o de al tiro también
contar con la complicidad de la OMS.
La navaja de Occam, baby. Mejor póngase un tapabocas.
=====¿Así como achú?
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Tengo un problema, la ciudad está desolada, es como una semana santa
sin celebraciones o procesiones. Sin mercaditos, sin fútbol o diversión
(bueno, originalmente así debían de ser las semanas santas), ir de un
lado a otro de la ciudad es fácil y sería hasta relajante de no ser por
lo tapabocas, la comezón que te da en el pescuezo cada que alguien tose
o estornuda y que tienes que tomar medidas mínimas aunque sea para
evitar que te contagien (o contagiar) al prójimo.
La ciudad sola, sombría, sin gente en las calles… no es precisamente 28 days later, pero se le parece, si lo sabré yo que estuve jugando béisbol casi 2 años con sendo par de zombíes.
=====¿Qué sigue?
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Primero lo primero, mantenerse vivo; después de eso sigue tratar de
hacer cosas por los lulz como toserle a los desprevenidos en la nuca,
trabarse en una guerra de escupitajos con la Monumental o la Rebel,
llevar carnitas tarascas al trabajo o usar una máscara de cerdo por la
calle en lugar de tapabocas.
Y yo que quería presumirles a ustedes, mi gente mi gente, de que ya
abrí mi editorial indie. Sí, tal cual. Desde que empecé el año vi que
la mejor manera de tener oportunidades de saltar al siguiente nivel es
creándose uno las suyas propias. Tras aprovechar la amplia gama de
recursos que te ofrecen los internets para conseguir software,
shareware, conocimientos y promoción, rápidamente he pasado de la mesa
de proyectos al terreno de los hechos para hacer mi proyecto piloto. Es
de béisbol, habla de un periodo negro de la historia de este glorioso
deporte cuyas consecuencias todavía se están sufriendo.
Mi plan de negocios es simple: Meticuloso cuidado editorial, trabajo
artesanal tipo Samizdat, tirajes cortos para evitar la aparición de
gastos de almacenamiento, mercadeo directo o semidirecto.
¿Tendremos ganancias? No sé, y de hecho me vale, me conformo con que
salga para las guamas y aparezca en mi ridículum… ¿qué podría poner?
¿Editor en jefe, director del consejo editorial o nomás editor a secas?
Bueno, eso a final de cuentas no importa.
Lo único que me importa es que los libros que logremos sacar sean
buenos, bonitos y sumamente baratos; que editorialmente sean pulcros y
nos den un nombre dentro del mundillo y con ello podamos seguir
publicando o bien seamos reclutados por la industria editorial para
tener mayores oportunidades.
Nada más.