Informe 08/03/05

Estamos en el TEC campus Santa Fe, estamos escuchando a lo lejos Beat, la única estación que conozco que pasa puro música discotequera las 24 horas del día…

¿Qué hubiera sido de mí, si hubiera tenido en mi pubertad una estación así en Tampico? No sé, pero quizá andaría pior que ora,
que ya es decir.

Esta escuela definitivamente no se parece a la de Tampico, pese
a que son de la misma franquicia, ¿ o debería decir Corporativo?
De todas formas se nota que, acá, la lana fluye con menos
interrupciones, la escuela tiene un estilo arquitectónica 100%
moderno, creado por un arquitecto que se nota que es de esos
que le fascina jugar con los planos, hay veces que siento que
cuando subo las escaleras en realidad voy bajando… por una
pared. De hecho no me sorprendería ver caminar por el techo a un
güey que luego me preguntaría dónde está la cafetería.

El campus Tampico en realidad sólo cuenta con tres edificios más
o menos interesantes: Aulas 3 (¿las habrán terminado ya?,
cuando fui hace 11 meses, aún estaban en obra negra); el auditoriode usos multiples, que siempre me pareció la neta; y el CCI, una cosa demasiado padre para campus, aunque la verdad, los otros edificios de aulas, los campos deportivos, los jardines… chale.

Se nota que en realidad el campus Tampico funcionaba a base de
puro esfuerzo, los maestros sí que eran picudos, pero no eran
eminencias; nuestros equipos deportivos fenecían; difusión cultural no servía más que para el hacer las Compresencias y el musical de cada semestre, donde siempre salían las mismas divas.

Pero acá parece haber menos sentido común, hay más asunto
académico y la verdad eso es un poco menos práctico, por otro lado, cuando hay cosas prácticas… es a «da max», si lo escribo en criollo hawaiano. Por ejemplo, he tenido un par de materias de verdad útiles para la vida, como Administración de proyectos.
también está una materia llamada Diseño de sistemas estamos
haciendo un proyecto para una fábrica de conos de helado…

Primero que nada, esto de los proyectos no es nada nuevo para mí. La diferencia es que mientras allá hacíamos un proyecto «fantasma» que al final se lo entregábamos al cliente, y el cliente lo mandaba a su archivo muerto y seguía haciendo las cosas a su modo

Nada mejor para ejemplificar esto, que la vez que un
superintendente de construcción me dijo, tras haberle hecho una
programación para mantenimiento para su maquinaria, que en
realidad estaba muy bien lo que hice, y que me servía para mi
escuela, pero que en la vida cotidiana no le servía para nada
porque, para él, la maquinaria debía estar ocupada siempre, que no podía pararla porque perdía tiempo, no le dije nada, el TEC ya había cobrado la clínica, mi trabajo ya había sido calificado, en realidad lo que el cliente hiciera con él me venía valiendo guango, por lo que no le dije nada, le di mi bendición y a’i síguele batallando como sepas.

Casi apuesto que todavía sigue creyendo que me dio una vaoliosa
lección sobre como son las cosas afuera. Pero eso sí, todos
estuvieron felices cuando hice un pinche formatito en excel para que mantuvieran el control de resguardos…

Ahora la cosa es distinta acá: mi equipo está usando una técnica
muy poderosa para la resolución de problemas. Para alguien no
familiarizado con la teoría de sistemas de interacción humana
podría hasta parecerle magia negra o cosa del diablo. Pero
en realidad es el cliente el que resuelve solito el asunto, la
técnica para eso se diseñó, y nuestro equipo lo único que
hace durante todo el proceso es evitar que la gente del
cliente se asesine durante el proceso.

La idea final de todo este proyecto, aparte de aprobar, es resolverle el problema al cliente y, si se puede, cobrarle algo.

Semos cinco, más el novio de una compañera, que para nosotros
es algo así como un valet, guarura, asistente y chambelán,
todo en uno, para esta niña, que tengo entendido
es la heredera de un emporio mueblero. Vi el tamaño de la empresa a la que entramos, me recordó un poco las instalaciones de Sigma alimentos de Tampico. Recuerdo que el cliente nos dio hasta su salón de juntas y sacó a sus gerentes y supervisores de
diferentes áreas…

¿Cuánto le habrán sacado mis compañeros a esta empresa?
Por eso es que luego andan contando chistes sobre nosotros.

Mis compañeros son algo muy extraño, han hecho viajes al mundo
entero, pero estaban algo asustados cuando íbamos llegando a
Los Reyes-La Paz. Nomás trato de imaginármelos tratando de
agarrar un talache o un asadón y la mera verdad sí me
río. Pero lo más curiosón es que no son pirrurris, todos ellos
trabajan, como yo, y hay hasta quien de hecho ya dirije su
empresa. No viven están de bellos mancebos, como sí me ha
tocado conocer a dos que tres que NO estudían en el TEC.

Simplemente mi realidad no tiene nada que ver con la de ellos.

Aunque bueno, lo mismo era allá en Tampico, sólo es diferente que mientras en Tampico lo más importante era tu status, representado en cosas como tu carro, tu trabajo en PEMEX o en alguna empresa del corredor industrial, acá el status forma parte de la vida, hasta se puede pasar por uno de ellos. Acá parece que lo más importante es ganar, vivir del modo más tranquilo posible… un fin loable, si consideramos
que eso cuesta en el DF.

Me caí que ora sí me puse aburrido.

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