Esto sí es vida, mis compañeros de afición: Vuelvo de Tampuerco puerto de Tamaulipas y encuentro que el clima que dejo allá y el que encuentro acá son casi los mismos, cosa padre. Me llevo trabajo, regreso, entrego trabajo y hay mucho más trabajo esperando, y como variedad el show de los chilangos que caen en llamas en la vía pública por el llamado calor infernal que sentimos y en Tampico todos estaban felices y contentos con el hermoso y fresco clima que Diosito a bien tuvo darnos en los días de la Semana Nacional del Mostrenco. Doy fe una vez más que la televisión por cable es otra prueba de que aún hay esperanza en la humanidad (cuando la tele abierta mañanera sugiere lo contrario) y que cada que voy allá hallo señales de vida del cómic independiente, cuando es canon acá en el DF que el cómic independiente está muerto y enterrado.
Lo dicho: los cambios de aires son benéficos; otro punto de vista siempre es bien recibido y los viajes ilustran, así sea a lugares que ya se conocen.
Sirva este debraye personal para anunciar que hice un potcat con Poncho, amo del conocimiento inútil y con Fabidú, su inefable vecino, el cual será pasado a la consideración del Primer Panda del Movimiento para ver si esas cosas que pasan en el barrio fino merecen estar junto con las otras cobachas.
Paz, locos.
RTM Mostrencxs