"Diciembre me gustó pa' que te vayas", dice una canción... y bueno, antes de diciembre empecé a toparme con algunas "sorpresas" entre la gente a la que por mucho tiempo había considerado amiga mía...

A veces me sorprende cómo la gente, a pesar de acumular años no siempre acumulan experiencias... o "sabiduría" y se siguen comportando como adolescentes... je, je, je... tal vez no debería decirlo así.. ya que yo misma tengo actitudes de esas... pero es sólo que... entre más conozco a los humanos... más quiero a mi perro (y eso que no tengo).

Me considero una persona tolerante... soy objetiva y sé reconocer en la gente cercana a mí tanto sus virtudes como sus defectos. Le tomo tanto cariño a la gente, que muchas veces soslayo estos últimos. No porque el cariño me ciegue, sino porque reconozco que trato con seres humanos, imperfectos...

Pero ahora resulta que esas personas, a las cuales acepto y quiero sin cuestionar y sin juzgar, no me extienden la misma cortesía y no sólo me juzgan y censuran... sino que murmuran a mis espaldas. Y si hay algo que yo no tolero es la falta de lealtad. Se supone que somos adultos, que tenemos la capacidad de decir las cosas de frente y sin tapujos. Por qué, entonces, no lo hacemos?

Es una lástima... y aunque suene cursi o falso, enterarme de todos esos rumores, me ha costado suficientes lágrimas ya. No me gusta cuidarme las espaldas de la gente que quiero. Bastante mezquino es el "mundo de afuera" como para, además, desconfiar de la gente que quiero. No me gusta hacerlo.

Así que... parece que la gente con la que, genuinamente, puedo contar es cada día menos...

Ni modus... *Más vale una vez colorado, que cien descolorido.* Hora de empezar a regalar bloqueos en el MSN. Lo prefiero a sentir recelos y rencores.