Porque es uno de los pocos momentos en que puedo llenar mis ojos con color y olores distintos a los habituales de esta gran ciudad.
El cielo poblano lucia azul, despejado con algunas nubes que parecian trozos de algodon dejados al azar aqui y alla.
Chingahuapan es un lugar pintoresco (no al grado de Patzcuaro), se come delicioso y la gente en general es muy amable cuando uno llega con jeta de turista preguntando donde esta todo.
La pase de lujo traje unas cosas lindas y un tamarindo que de una sentada me estoy acabando ahora 🙁 y en general la gente vale mil! (dedicado a las pipopes que conozco :D)
😛
Yo no valgo mil
yo valgo un millon jeje