Dos problemas, un sexo…

Desde hace varias semanas, tras los cursos o conferencias a los que hemos asistido la mayoría del equipo de redacción del periódico, me he percatado de dos o tres características en la personalidad de nosotros los reporteros, periodistas, editores o lo que sea, pero más aun, me he dado cuenta de otra situación particular y que se refiere claramente a nuestra condición de sexo masculino.

En primer lugar, el constante trajin que implica el estar siempre al pendiente de lo que ocurra, el aprender a leer entre líneas, el tener que ocupar nuestros cinco sentidos en observar, dado que es precisamente eso nuestra más valiosa herramienta de trabajo, se convierte en un arma de doble filo.

Me explico, estamos acostumbrados a trabajar bajo presión, a comer mal, en horarios poco rutinarios, a responder bajo circunstancias poco favorables, a pensar rápido, a desenredar madejas, a dar solución a problemas internos de una u otra forma, pero no estamos acostumbrados a tratar con el resto de los mortales…

En general, me he dado cuenta que al menos a mi y a varios de mis compañeros, nos cuesta trabajo relacionarnos con el mundo exterior, si alguien nos pregunta algo, incluso no sabemos cómo expresarnos adecuadamente, solemos tener en nuestro lenguaje, a veces, frases demasiado literarias que en un contexto oral no funciona, a complicarnos la existencia cuando se trata de expresar, verbalmente, sentimientos y emociones, es complicado de explicar incluso de manera escrita pero es así.

Un ejemplo, hace 22 días, David Eissenberg, fotografo de celebridades y de varias revistas, entre ellas Día Siete y Play Boy hizo un ejercicio con nosotros, tomó a 3 equipos de reportero y fotógrafo, los hizo cambiar papeles, al reportero gráfico lo hizo entrevistador y visceversa, el caso, a mi y a muchos mas, lejos de parecernos divertido, en realidad fue algo así como frustrante y eso que yo no entré dentro del ejercicio.

Los reporteros, a la hora de ser cuestionados, cual si fueran una fuente informativa, en realidad les costó mucho, pero mucho trabajo expresarse, los nervios los delataban, ellenguaje corporal fue su peor enemigo y más aun, la situación se vio agravada con los hombres, vaya situación, acostumbrados a reflejar la realidad, a relatarla, es más, me atrevo a decir que a retratarla, pero siempre con las letras, no con la voz, eso si que es un dilema.

De un tiempo a la fecha, ante mi limitado círculo social, con los que realmente tengo contacto físico social, pues me resulta que cada vez me retraigo mas, de por si siempre me ha costado trabajo entablar nuevas relaciones, con la edad, la falta de tiempo, las actividades, pues mas.

Cuando trabajaba en el canal de Irapuato, las cosas eran distintas, tenía mucho más contacto con la gente, tenía un poco más de trato social, pero eso ha cambiado en 2 años y medio…

Por otro lado, mi caracter un tanto reservado, principalmente para aquellos que no conozco, me hace difícil poder abrirme a conocer a más personas y no es que me esté quejando, pero ese es el punto, al que se le agrega el hecho de ser hombre…

Recién leí un artículo de un colaborador del periódico, en ese relataba cómo a los hombres nos cuesta más trabajo socializar, expresar lo que sentimos, lo que queremos y lo que nos gusta, sobre todo entre nosotros, lo comprobé en el gimnasio, donde para mi fortuna nadie me habla y yo no le hablo a nadie, pero si me da cierta curiosidad saber como se llama el wy que siempre me saluda con la mirada, quien es el que me da tips de vez en cuando, quienes los que siempre llegan juntos, quien el que tiene cara de mamón, quien el que tiene voz de pendejo, jajaja, etcétera…

Vaya participo en una pequeña comunidad sin saber nada de ellos, en apariencia, pq mas bien empleo mis técnicas de reportero para saber, sin interés pero que es inherente a la profesión, cómo es cada uno de ellos, jaja en fin…

Lo que si me preocupa es eso, la pérdida de la capacidad para poder relacionarme, socializar, esto incluso entre los mios, me doy cuenta que casi no hablo, que me retraigo, me siento más a gusto callado que hablando, eso en ocasiones claro, jejeje…

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