Félix asesino…

Un ruido de pasos, más bien, mucho ruido, una corretiza, eso escuché hoy por la noche en la azotea de la casa, ya lo había esuchado antes, era Félix que derepente se desaparece de la casa y sube a la azotea, despúes, trancurridos unos minutos, el can regresa abajo sereno y relajado, sin embargo, despúes de que estuvo comiéndose muy bien las croquetas de vegatales, de la noche a la mañana ha dejado de comer como lo hizo hasta antes…

Entonces, regresando al aquí y ahora, aproveché que el cánido se había subido para llevarle su agua y cerrar la puerta de arriba… sin embargo, cuando subí ni se acercó ni nada, entonces cuando llegué a la azotea, zaz, que me doy cuenta de que ñaca ñaca, Félix tenía en su hocico a un pajarillo, le llamamos en mi casa, coquitas o tortolitas, estaba boca arriba, aun respiraba, la puso contra el suelo y solo se me quedó viendo, como con pena y a la vez orgullo, había casado algo y se disponía a comerlo, no quise decirle nada, lo mató y se liba a comer, no hizo nada malo, aunque si sentí una cosa rara…

En fin, me marché y aun no me repongo de la impresión, no es que me sienta mal, pero no sé, es algo raro…

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *